Croquetas caseras en dos actos

   Por el título de esta entrada muchos pensaréis que he cambiado mi actividad literaria por el quehacer gastronómico, pero nada más lejos de la realidad. Traigo una receta erótico-festiva de croquetas que publiqué en Ábremeloya, mi antiguo blog de relatos eróticos y recetas de cocina con solera, germen de mi segunda novela, "Ellas y el sexo". Dedico esta receta, en especial, a uno de mis grupos preferidos de Facebook: Libros, lectores, escritores y una taza de café, también conocido como grupo LLEC. Una comunidad muy activa de lectores y escritores con un delirio común: el amor a las croquetas.


   Sin más dilación, entramos en materia. Para preparar las exquisitas croquetas que muestro en las fotos necesitáis, básicamente, dos cosas: una elevada dosis de paciencia y la misma de amor. La familia, los amigos o el amante de turno lo agradecerán. Si se trata de éste último, hay que pedirle que haga de pinche para llevarse luego un beneficio extra...

   INGREDIENTES:
   -La compañía de la pareja, amante de turno, amigo especial, ínclito o susodicho.
  -300 gramos de pollo y/o carne sobrante del cocido o de cualquier otro guiso (pollo asado, por ejemplo).
   -Media cebolla, un diente de ajo y un vaso de caldo de carne o de verduras.
  -Aceite de oliva, medio litro de leche, dos cucharadas soperas bien colmadas de harina, uno o dos huevos batidos, pan rallado, sal, una pizca de pimienta y una pizca de nuez moscada.

                                                 

   MODO DE PREPARACIÓN
  Es importante acordarse de hacer croquetas cuando tengáis caldo de verduras o del cocido, y si además os han sobrado carne o pollo de este último guiso, mejor. Lo ideal es la compañía del amante de turno o amigo especial. También podéis sustituir al susodicho por vuestro grupo de amigos, aunque en este caso el segundo acto no será tan jugoso. Ya veréis por qué.
   Primer acto: Poner al susodicho/a a picar media cebolla y un diente de ajo muy menuditos y a deshacer la carne. Terminada esta labor, echar un poco de aceite de oliva en una sartén grande y plana y sofreír la cebolla y el ajo. Cuando estén dorados, añadir la carne, sal, una pizca de pimienta, una pizca de nuez moscada y mezclar. Agregar un vaso de caldo y remover. Ya está listo para hacer la bechamel con la participación de la pareja en cuestión, si es que está. Dejar el preparado de la sartén a fuego lento, añadirle dos cucharadas soperas de harina y, con una cuchara de madera, remover y remover hasta deshacer los grumos. Incorporar medio litro de leche y seguir removiendo.
   Segundo acto: Es necesario permanecer así, muñeca en danza y a fuego lento, unos 45 minutos, hasta que la bechamel adquiera la consistencia adecuada para poder liar las croquetas. Mi consejo es que pongáis una música sugerente, os mováis al ritmo y que el susodicho/a, por detrás, pasee sus manos por toda la extensión de vuestra anatomía, también al ritmo. Debéis calcular el tiempo necesario para culminar ambos actos, el culinario y el sexual. Aviso a navegantes: si os dejáis arrastrar en exceso por esta última actividad corréis el riesgo de que se quemen la bechamel y más cosas. En caso de que os azote la prisa, controlarla y terminar la masa. Como es necesario que se enfríe para fabricar las croquetas, queda un margen de varias horas para entregarse de lleno al acto por excelencia (supongo que no tengo que deciros cuál es).
   Saciado el deseo sexual tendréis mejor disposición para llevar a buen fin el tedioso proceso de empanar las croquetas, paso crucial para saciar el gastronómico. Poneros los dos, tenedor en mano, a darle forma a la masa. En caso de que no tengáis claro cuál deberían adoptar vuestras croquetas, el asunto consiste en tomar la medida de una de las unidades del par del ínclito y moldearlas en consecuencia. El jueguito puede dar para mucho, porque seguro que cada uno de vosotros modela la croqueta de un tamaño distinto (mayor la que haga el susodicho, ya veréis...). Una vez formadas, mojarlas en huevo batido primero y después en pan rallado. Freírlas en aceite de oliva muy caliente y cuando se enfríen, a disfrutar...
   Exultantes de placeres eróticos y gastronómicos, ¿qué os queda, amigos lectores y escritores? Poned el broche de oro a la velada con una taza de humeante café y una lectura acorde a la situación: "Ellas y el sexo", una novela que, además de arrancaros unas cuantas risas, os sumergirá de nuevo en un universo excitante de pasiones y pulsiones. Dos años seguidos en el TOP20 de Humor en Amazon ¡Espero vuestros comentarios! ¡Gracias y hasta la próxima!

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